'Pecho que tal concepto ha producido...' de Leonor de Ovando | Poema
Título: Pecho que tal concepto ha producido...
Autor: Leonor de Ovando
Narrador: Francisco Fernández
Pecho que tal concepto ha producido...
Pecho que tal concepto ha producido,
la lengua que lo ha manifestado,
la mano que escribió, me han declarado
que el dedo divinal os ha movido.
¿Cómo pudiera un hombre no encendido
en el divino fuego, ni abrasado,
hacer aquel soneto celebrado,
digno de ser en almas esculpido?
Al tiempo que lo vi quedé admirada,
pensando si era cosa por ventura
en el sacro colegio fabricada.
La pura santidad allí encerrada,
el énfasis, primor de la escritura,
me hizo pensar cosa no pensada.
Pecho que tal concepto ha producido...
Pecho que tal concepto ha producido,
la lengua que lo ha manifestado,
la mano que escribió, me han declarado
que el dedo divinal os ha movido.
¿Cómo pudiera un hombre no encendido
en el divino fuego, ni abrasado,
hacer aquel soneto celebrado,
digno de ser en almas esculpido?
...
Anónimo
Niños soldados, mozos capitanes,
sargentos que en su vida han visto guerra,
generales en cosas de la tierra,
almirantes con damas muy galantes.
Alféreces de bravos ademanes,
nueva milicia que la antigua encierra,
hablar extraño, parecer que a tierra,
turcos rapados, crespos alemanes.
...Lope de Vega
Noche fabricadora de embelecos,
loca, imaginativa, quimerista,
que muestras al que en ti su bien conquista,
los montes llanos y los mares secos;
habitadora de celebros huecos,
mecánica, filósofa, alquimista,
encubridora vil, lince sin vista,
espantadiza de tus mismos ecos;
...Gutierre de Cetina
Horas alegres que pasáis volando
porque a vueltas del bien mayor mal sienta;
sabrosa noche que en tan dulce afrenta
el triste despedir me vas mostrando;
importuno reloj, que apresurando
tu curso, mi dolor me representa;
estrellas con quien nunca tuve cuenta,
que mi partida vais acelerando;
...Francisco de Figueroa
Maldito seas, Amor, perpetuamente:
tu nombre, tu saeta, venda y fuego:
tu nombre, que con tal desasosiego
me fuerza a andar perdido entre la gente;
tu flecha, que me hizo así obediente
de aquella falsa, de quien ya reniego;
tu venda, con que me hiciste ciego
y así juzgué por ángel la serpiente;
...