Tú estás ahí, ahora.
Yo estuve aquí, ahora.
En el tiempo que tardo en escribir ‘estoy’,
ese presente ha volado.
Por eso digo que estuve,
y no que estoy.
Aunque sí puedo estar ‘en presente’ en ti.
Mientras me lees, me reanimas, me insuflas aire.
Me mantienes vivo.
Gracias por tenerme ahí, ahora,
contigo.
Cuando leas esto,
tú estarás ahí.
Y yo estaré ahí,
en ti.