Debí haberte encontrado diez años antes o diez años después. Pero llegaste a tiempo. Antes, me hubiera gustado conocerte con libertad, sin restricciones. Sin limites ni complejos. Después, con calma y serenidad,
Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas.
Conque entonces, adiós. ¿No olvidas nada? Bueno, vete... Podemos despedirnos. ¿Ya no tenemos nada qué decirnos? Te dejo, puedes irte... Aunque no, espera, espera todavía que pare de llover... Espera un rato.
Si supiera que esta fuese la última vez que te veo salir por esa puerta, te daría un abrazo, un beso te llamaría de nuevo para darte más… Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas
En el tiempo en que festejaban el día de mi cumpleaños, yo era feliz y nadie había muerto. En la casa antigua, incluso mi cumpleaños era una tradición de siglos, y la alegría de todos, y la mía, estaba asegurada con una religión cualquiera.
Primavera temible, rosa loca, llegarás, llegas imperceptible, apenas un temblor de ala, un beso de niebla con jazmines, el sombrero lo sabe, los caballos, el viento trae una carra verde
Paz o felicidad, deja que te envuelvan. Cuando era joven sentía que esas cosas eran tonterías poco sofisticadas. Tenía mala leche, una mente retorcida, y mala educación. Era duro como el granito. Me reía hasta del sol.
Andando en un camino encontré al aire, lo saludé y le dije con respeto: “Me alegro de que por una vez dejes tu transparencia, así hablaremos”. Él, incansable, bailó, movió las hojas, sacudió con su risa
Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender…
Al que ingrato me deja, busco amante; al que amante me sigue, dejo ingrata; constante adoro a quien mi amor maltrata; maltrato a quien mi amor busca constante.
Los animales fueron imperfectos, largos de cola, tristes de cabeza. Poco a poco se fueron componiendo, haciéndose paisaje, adquiriendo lunares, gracia, vuelo. El gato, sólo el gato apareció completo y orgulloso: