Se hace el profundo. Se atusa la perilla. Se lía un cigarrillo y lo chupa. Aspira con los ojos entrecerrados. Como viendo algo más allá de la anodina tarde otoñal. Expulsa humo. Nos mira y nos escucha, condescendiente. 'Mediocres', parece pensar. Habla con gravedad. Escribe ensayos, haikus y canciones. Pero no piensa publicar nada. A menos que una editorial se lo suplique.
Mejor para todos.
Ya se imprimen suficientes libros de mierda al cabo del año. No te unas a la comitiva. Mantén tu independencia. Sigue a lo tuyo. Continúa chupando cigarrillos. Y acumulando secreciones en una carpeta del disco duro.
Me hubiera gustado escribir la continuación de la historia de la hiedra moribunda. De verdad. Pero ha sido reemplazada por una rolliza planta de Aloe Vera.
Masticamos embutidos burgaleses frente a la Torre de Londres. Mientras un par de gaviotas defecan sobre los inmortales leones. Y una miríada de japoneses inmoviliza el instante.