Era una mañana y abril sonreía, de Antonio Machado | Poema

    Poema en español
    Era una mañana y abril sonreía

    Era una mañana y abril sonreía. 
    Frente al horizonte dorado moría 
    la luna, muy blanca y opaca; tras ella, 
    cual tenue ligera quimera, corría 
    la nube que apenas enturbia una estrella. 



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    Como sonreía la rosa mañana, 
    al sol del oriente abrí mi ventana; 
    y en mi triste alcoba penetró el oriente 
    en canto de alondras, en risa de fuente 
    y en suave perfume de flora temprana. 
    Fue una clara tarde de melancolía. 
    Abril sonreía. Yo abrí las ventanas 
    de mi casa al viento... El viento traía 
    perfumes de rosas, doblar de campanas... 
    Doblar de campanas lejanas, llorosas, 
    suave de rosas aromado aliento... 
    ...¿Dónde están los huertos floridos de rosas? 
    ¿Qué dicen las dulces campanas al viento? 



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    Pregunté a la tarde de abril que moría: 
    —¿Al fin la alegría se acerca a mi casa? 
    La tarde de abril sonrió: —La alegría 
    pasó por tu puerta-y luego, sombría—: 
    Pasó por tu puerta. Dos veces no pasa.

    Antonio Machado (Sevilla, 1875 - Colliure, 1939) fue el más joven poeta de la generación del 98. Su vida en Madrid y París le llevó a formar parte del círculo de destacados literatos como Rubén Darío, Miguel de Unamuno, Ramón María del Valle-Inclán o Juan Ramón Jiménez. Autor prolífico, se dio a conocer con el poemario Soledades, de marcado carácter modernista, en 1903. Unos años más tarde, en 2912, publicó uno de sus libros más populares, Campos de Castilla. Destacan también, entre otras obras, Nuevas canciones (1914) y Páginas escogidas (1917). Miembro de la Real Academia Española, se exilió al pueblo francés de Colliure tras estallar la guerra civil española. Allí murió y allí descansa su tumba, símbolo del exilio republicano.