Un loco, de Antonio Machado | Poema

    Poema en español
    Un loco

    Es una tarde mustia y desabrida 
    de un otoño sin frutos, en la tierra 
    estéril y raída 
    donde la sombra de un centauro yerra. 
    Por un camino en la árida llanura, 
    entre álamos marchitos, 
    a solas con su sombra y su locura, 
    va el loco hablando a gritos. 
    Lejos se ven sombríos estepares, 
    colinas con malezas y cambrones, 
    y ruinas de viejos encinares 
    coronando los agrios serrijones. 
    El loco vocifera 
    a solas con su sombra y su quimera. 
    Es horrible y grotesca su figura; 
    flaco, sucio, maltrecho y mal rapado, 
    ojos de calentura 
    iluminan su rostro demacrado. 
    Huye de la ciudad... Pobres maldades, 
    misérrimas virtudes y quehaceres 
    de chulos aburridos, y ruindades 
    de ociosos mercaderes. 
    Por los campos de Dios el loco avanza. 
    Tras la tierra esquelética y sequiza 
    —rojo de herrumbre y pardo de ceniza— 
    hay un sueño de lirio en lontananza. 
    Huye de la ciudad. ¡El tedio urbano! 
    —¡carne triste y espíritu villano!—. 
    No fue por una trágica amargura 
    esta alma errante desgajada y rota; 
    purga un pecado ajeno: la cordura, 
    la terrible cordura del idiota.

    Antonio Machado (Sevilla, 1875 - Colliure, 1939) fue el más joven poeta de la generación del 98. Su vida en Madrid y París le llevó a formar parte del círculo de destacados literatos como Rubén Darío, Miguel de Unamuno, Ramón María del Valle-Inclán o Juan Ramón Jiménez. Autor prolífico, se dio a conocer con el poemario Soledades, de marcado carácter modernista, en 1903. Unos años más tarde, en 2912, publicó uno de sus libros más populares, Campos de Castilla. Destacan también, entre otras obras, Nuevas canciones (1914) y Páginas escogidas (1917). Miembro de la Real Academia Española, se exilió al pueblo francés de Colliure tras estallar la guerra civil española. Allí murió y allí descansa su tumba, símbolo del exilio republicano.