Durante quince días me recluí en la habitación, rodeado de los libros de moda entonces -hará diez y seis o diez y siete años-; quiero decir de los libros en que se trata del arte de hacer a los pueblos dichosos, buenos y ricos en veinticuatro horas.
Hay fuertes perfumes para los que toda materia es porosa. Se diría que penetran el vaso. Al abrir un cofrecillo llegado del Oriente cuya cerradura rechina y se resiste chirriando,