Vida, de Delmira Agustini | Poema

    Poema en español
    Vida

    A ti vengo en mis horas de sed como a una fuente 
    límpida, fresca, mansa, colosal... 
    y las punzantes sierpes de fuego mueren siempre 
    en la corriente blanda y poderosa. 

    Vengo a ti en mi cansancio, como al umbroso bosque 
    en cuyos terciopelos profundos la fatiga 
    se aduerme dulcemente, con música de brisas, 
    de pájaros y aguas... 
    y del umbroso bosque salgo siempre radiante 
    y despierta como un amanecer. 

    Vengo a ti en mis heridas, como al vaso de bálsamos 
    en que el dolor se embriaga hasta morir de olvido... 
    Y llevo 
    selladas mis heridas como las bocas muertas, 
    y por tus buenas manos vendadas de delicias. 

    Cuando el frío me ciñe doloroso sudario, 
    lívida vengo a ti, 
    como al rincón dorado del hogar, 
    ¡como al Hogar universal del Sol!... 
    Y vuelvo toda en rosas como una primavera, 
    arropada en tu fuego. 

    A ti vengo en mi orgullo 
    como a la torre dúctil, 
    como a la torre única 
    ¡que me izará sobre las cosas todas! 
    ¡Sobre la cumbre misma, 
    arriscada y creciente, 
    de mi eterno capricho! 

    Para mi vida hambrienta 
    ¡eres la presa única! 
    ¡Eres la presa eterna! 
    El olor de tu sangre, 
    el color de tu sangre 
    flamean en los picos ávidos de mis águilas. 

    Vengo a ti en mi deseo 
    como en mil devorantes abismos, toda abierta 
    el alma incontenible... 
    ¡Y me lo ofreces todo!... 
    Los mares misteriosos florecidos en mundos, 
    los cielos misteriosos florecidos en astros, 
    ¡los astros y los mundos! 
    ...Y las constelaciones de espíritus suspensas 
    entre mundos y astros... 
    ...Y los sueños que viven más allá de los astros, 
    más acá de los mundos... 

    ¿Cómo dejarte? -¡Vida!- 
    cómo salir del dulce corazón 
    hospitalario y pródigo 
    como una patria fértil?... 
    Si para mí la tierra, 
    si para mí el espacio, 
    ¡todos! ¡son los que abarca 
    el horizonte puro de tus brazos!... 
    ¡Si para mí tu más allá es la Muerte, 
    sencillamente, prodigiosamente!... 

    Delmira Agustini, destacada poetisa uruguaya, adscrita al modernismo, que inauguró con su obra lírica la trayectoria de la poesía femenina del siglo XX en el continente sudamericano. Formó parte de la llamada generación de 1900. Su obra se vincula a la corriente modernista rioplatense, dominada mayoritariamente por hombres, y contó con la admiración de las principales figuras de la época como el propio Rubén Darío, Miguel de Unamuno y Manuel Ugarte. La tónica general de su poesía es erótica, con imágenes de honda belleza y originalidad. El mundo de sus poemas es sombrío y atormentado, con versos de una musicalidad excepcional. Su lirismo llega a profundidades metafísicas que contrastan con su juventud. 

    • ¿Te acuerdas? 
      El arroyo fue la serpiente buena... 
      Yo muero extrañamente... 
      No me mata la Vida, 
      ¿Te acuerdas? 
      El arroyo fue la serpiente buena... 
      Fluía triste y triste como un llanto de ciego 
      cuando en las piedras grises 
      donde arraiga la pena 

    • ¡Ojos a toda luz y a toda sombra! 
      Heliotropos del Sueño! Plenos ojos 
      que encandiló el Milagro y que no asombra 
      jamás la vida... Eléctricos cerrojos 
      de profundas estancias; claros broches, 
      broches oscuros, húmedos, temblantes, 

    • Hoy han vuelto. 
      Por todos los senderos de la noche han venido 
      a llorar en mi lecho. 
      ¡Fueron tantos, son tantos! 
      Yo no sé cuáles viven, yo no sé cuál ha muerto. 
      Me lloraré yo misma para llorarlos todos. 
      La noche bebe el llanto como un pañuelo negro.