Las mañanas cambiaron su signo conocido. Ahora el agua, su tibieza, su magia soñolienta es diferente. Ahora oigo desde que mi piel conoce que es de día, cantos de tiempos clandestinos sonando audaces, altos desde la mesa de noche y me levanto y salgo y veo 'compas' atareados lustrando sus botas o alistándose para el día bajo el sol. Ya no hay oscuridad, ni barricadas, ni abuso del espejo retrovisor para ver si me siguen. Ahora mi aire de siempre es mas mi aire y este olor a tierra mojada y los lago s allá y las montañas pareciera que han vuelto a posarse en su lugar, a enraizarse, a sembrarse de nuevo. Ya no huele a quemado, y no es la muerte una conocida presencia esperando a la vuelta de cualquier esquina. He recuperado mis flores amarillas y estos malinches de mayo son mas rojos y se desparraman de gozo reventados contra el rojinegro de las banderas.
Ahora vamos envueltos en consignas hermosas, desafiando pobrezas, esgrimiendo voluntades contra malos augurios y esta sonrisa cubre el horizonte, se grita en valles y lagunas, lava lagrimas y se protege con nuevos fusiles. Ya se unió la Historia al paso triunfal de los guerreros y yo invento palabras con que cantar, nuevas formas de amar, vuelvo a ser, soy otra vez, por fin otra vez, soy.
Nos casaremos ahora que llueve a carcajadas. Vos y yo y la tierra celebraremos juntos el verdor de los cuerpos, el sexo de las flores, el polen de la risa y todas las estrellas que vienen confundidas en la gota de lluvia.