Rima 41. Tú eras el huracán y yo la alta, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Poema en español
    Rima 41. Tú eras el huracán y yo la alta

    Tú eras el huracán y yo la alta 
    torre que desafía su poder: 
    tenías que estrellarte o abatirme... 
    ¡No pudo ser! 

    Tú eras el océano y yo la enhiesta 
    roca que firme aguarda su vaivén: 
    tenías que romperte o que arrancarme... 
    ¡No pudo ser! 

    Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados 
    uno a arrollar, el otro a no ceder: 
    la senda estrecha, inevitable el choque... 
    ¡No pudo ser! 

    Gustavo Adolfo Bécquer, pseudónimo de Gustavo Claudio Domínguez Bastida, nació en Sevilla en 1836, e ingresó a los diez años en un colegio de huérfanos. Vivió más tarde con su madrina, donde empezó a leer a los autores realistas y románticos. En 1854 se instaló en Madrid. En 1857, sufrió una grave enfermedad. Posteriormente se dedicó al periodismo. Entre 1859 y 1861 escribe las primeras rimas y siete leyendas. En 1863 se recluye en el monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. En 1868 Bécquer rompe con su esposa y se instala en Toledo. Reescribe las rimas. En 1870 muere su hermano Valeriano, el pintor, y tres meses más tarde él, en Madrid. Además de como poeta, donde revela una extrema sensibilidad, destaca como prosista, donde combina con maestría lo terrorífico y lo legendario.