El hijo del sueño, de José Ángel Buesa | Poema

    Poema en español
    El hijo del sueño

    Un hijo... ¿Tú sabes, tu sientes que es eso? 
    ver nacer la vida del fondo de un beso, 
    por un inefable milagro de amor; 
    Un beso que llene la cuna vacía, 
    y que ingenuamente nos mire y sonría: 
    un beso hecho flor... 

    Un hijo... ¡Un fragante, fuerte y dulce lazo! 
    Me parece verlo sobre tu regazo 
    palpitando ya; 
    y miro conmoverse con pueril empeño 
    las pequeñas manos de nuestro pequeño, 
    como si quisieran sujetar un sueño 
    que llega y se va... 

    En el agua fresca de nuestras ternuras 
    mojará las alas de sus travesuras 
    como una paloma que aprende a volar; 
    Y será violento, loco y peregrino, 
    y amará igualmente la mujer y el vino, 
    y el cielo y el mar. 

    Con la sed amarga de la adolescencia 
    beberá en la fuente turbia de la ciencia; 
    y tierno cantor, 
    irá por el mundo con su lira al hombro, 
    dejando un reguero de rosas de asombro 
    y aun áureo fulgor... 

    Cruzará al galope la árida llanura, 
    pálida de ensueño, loco de aventura 
    y ebrio de ideal; 
    Y en su desvarío de viajes remotos 
    volverá algún día con los remos rotos, 
    trayendo en los labios un sabor de sal. 

    Caminante absurdo, de caminos muertos, 
    pasará su sombra sobre los desiertos, 
    en una infinita peregrinación; 
    y su alucinada pupila inconforme 
    verá en su destino grabada una enorme 
    interrogación. 

    Pero será inútil su tenáz andanza, 
    persiguiendo un sueño que jamás se alcanza... 
    Y ha de ser así, 
    pues no hallará nunca, como yo, la meta 
    de todas sus ansias de hombre y de poeta; 
    porque en las mujeres de su vida inquieta 
    no hallará ninguna parecida a ti... 

    Que tú eres la rosa de una sola vida, 
    la rosa que nadie verá repetida 
    porque al deshojarse secará el rosal, 
    Y como en el mundo ya no habrá esa rosa, 
    la ira en su búsqueda infructuosa, 
    en pos de una igual.