Romance de los siete pecados capitales, de José María Pemán | Poema

    Poema en español
    Romance de los siete pecados capitales

    Tarde abajo, el mayoral 
    de los siete toros negros 
    va sorbiéndose en un triste 
    rojo crepúsculo lento. 

    Zahones de hipocresía 
    lleva, y por pica el deseo: 
    con azahar de inocencia 
    tienen los estribos hechos. 

    Los toros con siete lunas 
    van corneando los vientos: 
    jazmines de barba espesa 
    tirando van contra el cielo. 

    «¿A dónde vas mayoral?» 
    «A tu corazón los llevo». 

    Prepara tu mariposa 
    de seda y luz para el juego, 
    sácale filo a tu espada 
    con pedernales de miedo 
    ¡Fina viene de pitones 
    la luna de un mal deseo! 

    ¡Brava corrida, la tarde 
    aquella de mi tormento! 
    y seda morada, en medio. 
    Yo con la espada y la duda 
    Contra mí, siete deseos. 

    Me rozaron en la carne 
    las siete liras de huesos. 
    Geranios de sangre fresca 
    mis alamares prendieron. 
    Me salpicaron de espuma. 
    No me llegaron al cuerpo. 

    Cuando la tarde sorbía, 
    rojo, el crepúsculo lento, 
    por los prados, ya sin toros 
    luz de aurora en el sombrero 
    sin espuela y sin estribos 
    llegaba el Mayoral Bueno. 
    Vendas de seda traía 
    y aceite de olivos nuevos; 
    arena fresca en las manos 
    para enarenar el ruedo. 

    «¿A dónde vas, mayoral?»  
    «A tu corazón los llevo».