Soy ola de abandono, derribada, tendida, sobre un inmenso azul de sueños y de alas. Tú danzas por el agua redonda de mis ojos con la canción más fresca colgando de tus labios. ¡No la sueltes, que el viento todavía azota fuerte por mis brazos mojados, y no quiero perderte ni en la sílaba!
Yo fui un día la gaviota más ave de tu vida. Mis pasos fueron siempre enigma de los pájaros. Yo fui un día la más honda de tus edades íntimas. El universo entero cruzaba por mis manos. ¡Oh día de sueño y ola; nuestras dos juventudes hacia el viento estallaron. Y pasó la mañana, y pasó la agonía de la tarde muriéndose en el fondo de un lirio y pasó la alba noche resbalando en los astros, exhibiéndose en pétalos y pasó mi letargo...
Recuerdo que al mirarme con la voz derrotada, las dos manos del cielo me cerraron los párpados. Fue tan sólo una ráfaga, una ráfaga húmeda que cortó mi sonrisa y me izó en los crepúsculos entre caras de espanto. Tú nadabas mis olas retardadas e inútiles, y por poco me parto de dolor esperando.
Pero llegaste, fértil, más intacto y más blanco. Y me llevaste, épico, venciéndote en ti mismo los caminos cerrados.
Hoy anda mi caricia derribada, tendida, sobre un inmenso azul de sueños con mañana. Soy ola de abandono, y tus playas ya saltan certeras, por mis lágrimas.
¡Amante, la ternura desgaja mis sentidos... Yo misma soy un sueño remando por tus aguas!
Soy ola de abandono, derribada, tendida, sobre un inmenso azul de sueños y de alas. Tú danzas por el agua redonda de mis ojos con la canción más fresca colgando de tus labios. ¡No la sueltes, que el viento todavía azota fuerte por mis brazos mojados,
Con los ojos cerrados amplia de voces íntimas me detengo en el siglo de mi pena dormida. La contemplo en su sueño... Duerme su noche triste despegada del suelo donde arranca mi vida. Ya no turba la mansa carrera de mi alma
Yo fui la más callada de todas las que hicieron el viaje hasta tu puerto.
No me anunciaron lúbricas ceremonias sociales, ni las sordas campanas de ancestrales reflejos; mi ruta era la música salvaje de los pájaros que soltaba a los aires mi bondad en revuelo.