El encubridor, de Julio Cortázar | Poema

    Poema en español
    El encubridor

    Ese que sale de su país porque tiene miedo, 
    no sabe de qué, miedo del queso con ratón, 
    de la cuerda entre los locos, de la espuma en la sopa. 
    Entonces quiere cambiarse como una figurita, 
    el pelo que antes se alambraba con gomina y espejo 
    lo suelta en jopo, se abre la camisa, muda 
    de costumbres, de vinos y de idioma. 
    Se da cuenta, infeliz, que va tirando mejor, y duerme 
    a pata ancha. Hasta de estilo cambia, y tiene amigos 
    que no saben su historia provinciana, ridícula y casera. 

    A ratos se pregunta cómo pudo escapar todo ese tiempo 
    para salirse del río sin orillas, de los cuellos garrote, 
    de los domingos, lunes, martes, miércoles y jueves. 
    A fojas uno, sí, pero cuidado: 
    un mismo espejo es todos los espejos, 
    y el pasaporte dice que naciste y que eres 
    y cutis color blanco, nariz de dorso recto, 
    Buenos Aires, septiembre. 

    Aparte que no olvida, porque es arte de pocos, 
    lo que quiso, esa sopa de estrellas y de letras 
    que infatigable comerá 
    en numerosas mesas de variados hoteles, 
    la misma sopa, pobre tipo, 
    hasta que el pescadito intercostal se plante y diga basta.

    Jules Florencio Cortázar (Bruselas, 1914 - París, 1984) es considerado uno de los escritores más innovadores y originales de su tiempo y creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en Latinoamérica, rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal y donde los personajes adquieren una autonomía y una profundidad psicológica pocas veces vista. Se le considera uno de los más grandes escritores de relatos cortos y cuentos, destacando Bestiario y Final del juego. Entre sus novelas, su obra más conocida es sin lugar a dudas Rayuela, que contiene influencias surrealistas y modernistas. El refinamiento literario de Cortázar, sus lecturas casi inabarcables, su incesante fervor por la causa social, hacen de él una figura de deslumbrante riqueza, constituida por pasiones a veces encontradas, pero siempre asumidas con el mismo genuino ardor.