A una mujer, de Julio Cortázar | Poema

    Poema en español
    A una mujer

    No hay que llorar porque las plantas crecen en tu balcón, 
    no hay que estar triste 
    si una vez más la rubia carrera de las nubes te reitera lo inmóvil, 
    ese permanecer en tanta fuga. Porque la nube estará ahí, 
    constante en su inconstancia cuando tú, cuando yo 
    —pero por qué nombrar el polvo y la ceniza. 
    Sí, nos equivocábamos creyendo que el paso por el día 
    era lo efímero, el agua que resbala por las hojas hasta hundirse en la tierra. 

    Sólo dura la efímero, esa estúpida planta que ignora la tortuga, 
    esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos huecos, 
    y el sonido sin música, la palabra sin canto, la cópula sin grito de agonía, 
    las torres del maíz, los ciegos montes. 
    Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo, 
    no nos movemos del terror y la delicia, 
    y sus verdugos delicadamente nos arrancan los párpados 
    para dejarnos ver sin tregua cómo crecen las plantas del balcón, 
    cómo corren las nubes al futuro. 

    ¿Qué quiere decir esto? Nada, una taza de té. 
    No hay drama en el murmullo, y tú eres la silueta de papel 
    que las tijeras van salvando de lo informe: oh vanidad de creer 
    que se nace o se muere, 
    cuando lo único real es el hueco que queda en el papel, 
    el gólem que nos sigue sollozando en sueños y en olvido. 

    Jules Florencio Cortázar (Bruselas, 1914 - París, 1984) es considerado uno de los escritores más innovadores y originales de su tiempo y creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en Latinoamérica, rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal y donde los personajes adquieren una autonomía y una profundidad psicológica pocas veces vista. Se le considera uno de los más grandes escritores de relatos cortos y cuentos, destacando Bestiario y Final del juego. Entre sus novelas, su obra más conocida es sin lugar a dudas Rayuela, que contiene influencias surrealistas y modernistas. El refinamiento literario de Cortázar, sus lecturas casi inabarcables, su incesante fervor por la causa social, hacen de él una figura de deslumbrante riqueza, constituida por pasiones a veces encontradas, pero siempre asumidas con el mismo genuino ardor.