No he venido a cantar, de León Felipe | Poema

    Poema en español
    No he venido a cantar

    No he venido a cantar, podéis llevaros la guitarra. 
    No he venido tampoco, 
    ni estoy aquí arreglando mi expediente 
    para que me canonicen cuando muera. 
    He venido a mirarme la cara 
    en las lágrimas que caminan hacia el mar, 
    por el río y por la nube... 
    Y en las lágrimas que se esconden 
    en el pozo, en la noche 
    y en la sangre... 
    He venido a mirarme la cara 
    en todas las lágrimas del mundo. 
    Y también a poner una gota de azogue, 
    de llanto, una gota siquiera de mi llanto, 
    en la gran luna de este espejo sin límites, 
    donde me miren y se reconozcan los que vengan. 
    He venido a escuchar otra vez 
    esta vieja sentencia en las tinieblas: 
    Ganarás el pan con el sudor de tu frente 
    y la luz con el dolor de tus ojos. 
    Tus ojos son las fuentes del llanto y de la luz.

    • Oh, este dolor, 
      este dolor de no tener ya lágrimas; 
      este dolor 
      de no tener ya llanto 
      para regar el polvo. 
      ¡Oh, este llanto de España, 
      que ya no es más que arruga y sequedad... 
      mueca, 
      enjuta congoja de la tierra, 

    • Tu estabas dormida 
      como el agua que duerme en la alberca... 
      y yo llegué a ti 
      como llega 
      hasta el agua que duerme 
      la piedra. 
      Turbé tu remanso y en ondas de amor te quebraste 
      como en ondas el agua que duerme se quiebra 
      cuando 
      llega 

    • Aquí estoy... 
      En este mundo todavía... Viejo y cansado... Esperando 
          a que me llamen... 
      Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita 
          y condenada 
      y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro 
          y me ha dicho severo: 

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