Deshaced ese verso. Quitadle los caireles de la rima, el metro, la cadencia y hasta la idea misma. Aventad las palabras, y si después queda algo todavía, eso será la poesía.
II
Poesía, tristeza honda y ambición del alma, cuándo te darás a todos... a todos, al príncipe y al paria, a todos... sin ritmo y sin palabras!
III
Sistema, poeta, sistema. Empieza por contar las piedras, luego contarás las estrellas.
IV
Poeta ni de tu corazón, ni de tu pensamiento. Entre todos los hombres las labraron y entre todos los hombres en los huesos de tus costillas las hincaron. La mano más humilde te ha clavado un ensueño... una pluma de amor en el costado.
V
No andes errante... y busca tu camino. -Dejadme-. Ya vendrá un viento fuerte que me lleve a mi sitio.