Apremio, de Octavio Paz | Poema

    Poema en español
    Apremio

    Corre y se demora en mi frente 
    lenta y se despeña en mi sangre 
    la hora pasa sin pasar 
    y en mí se esculpe y desvanece 

    Yo soy el pan para su hambre 
    yo el corazón que deshabita 
    la hora pasa sin pasar 
    y esto que escribo lo deshace 

    Amor que pasa y pena fija 
    en mí combate en mí reposa 
    la hora pasa sin pasar 
    cuerpo de azogue y de ceniza 

    Cava mi pecho y no me toca 
    piedra perpetua que no pesa 
    la hora pasa sin pasar 
    y es una herida que se encona 

    El día es breve la hora inmensa 
    hora sin mí yo con su pena 
    la hora pasa sin pasar 
    y en mí se fuga y se encadena

    Octavio Paz (1914-1998), poeta, ensayista, traductor, dramaturgo y cuentista mexicano, fue diplomático y profesor en universidades europeas y norteamericanas. En 1963 fue distinguido con el Gran Premio Internacional de Poesía, y después con el Premio Cervantes 1981 y el Premio Nobel de Literatura 1990. Desde 1977, hasta su muerte, dirigió la revista Vuelta (Premio Príncipe de Asturias 1992). Publicó, entre otros numerosos libros, los de poesía Libertad bajo palabra, Salamandra, Ladera este, Árbol adentro, así como los ensayos El laberinto de la soledad, El arco y la lira, Puertas al campo, Corriente alterna, Cuadrivio, Los hijos del limo o El ogro filantrópico, y el monumental estudio Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, por citar algunos. 

    • ¿Por qué tocas mi pecho nuevamente? 
      Llegas, silenciosa, secreta, armada, 
      tal los guerreros a una ciudad dormida; 
      quemas mi lengua con tus labios, pulpo, 
      y despiertas los furores, los goces, 
      y esta angustia sin fin 
      que enciende lo que toca 

    • Es una calle larga y silenciosa. 
      Ando en tinieblas y tropiezo y caigo 
      y me levanto y piso con pies ciegos 
      las piedras mudas y las hojas secas 
      y alguien detrás de mí también la pisa: 
      si me detengo, se detiene; 
      si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.