¡Qué dulce es la dulce fortuna del Pastor! Deambula desde el alba hasta el atardecer; debe seguir a su rebaño el día entero, y su lengua se embeberá con alabanzas.
Pues oye el inocente llamado del borrego, y escucha la tierna respuesta de l a oveja; vigila mientras permanecen en calma pues saben cuándo está próximo su Pastor.