El mundo que yo no viva lo pensé como cosa extraña, como arca de maravilla. Ay de mi vida.
Allí ¿sonará la lluvia junto al fuego las noches frías? ¿Tendrá Agosto en el río barcas? Y tú ¿la gentil sonrisa? ¿Durará en el papel que siembro la negra flor de la tinta? Ay de mi vida.
¿Será posible que vengan los amigos y que 'Era' digan 'un hombre, y te quiso mucho' y 'Mucho' llorando digas? Es el mundo que no conozco, Atlántida sumergida. Ay de mi vida.
Allí las palmeras echan esmeraldas. Allí las crías del delfín esmeraldas pacen. Allí no hay noche ni día: cuando ordeñan a los rebaños, de púrpura el mar se agría, Ay de mi vida.
Más limpio que agua de oro es el mundo que yo no viva: no hay naves de arar espumas ni arado para las viñas; el gran árbol le da su fruto al que el nombre del fruto diga. Ay de mi vida.
Ese mundo no es el mío: es el tuyo: el que en tus pupilas hundido está desde siempre y no lo alcanza mi vista. A ese mundo quisiera entrar, antes que suene la hora —ay— de mi vida.