Se apagó el astro del día, de Alexandr Pushkin | Poema

    Poema en español
    Se apagó el astro del día

        Se apagó el astro del día; 
    el mar azul cubrió la niebla de la tarde. 
        ¡Restallad, restallad, dóciles velas! 
    ¡Encréspate a mis pies, lúgubre océano! 
        Contemplo las orillas apartadas, 
    el mágico confín del mediodía; 
    Voy hacia él con emoción y angustia, 
        embelesado por recuerdos tantos... 
    siento que afloran lágrimas de nuevo 
        hasta los ojos, y me hierve el alma 
    y deja de alentar; en torno mío 
    Un sueño familiar revolotea. 
    Recuerdo mi amor loco del pasado, 
    todo cuando sufrí y cuanto fue bueno, 
        torturador engaño de esperanza y deseo... 
    ¡Restallad, restallad, dóciles velas! 
    ¡Encréspate a mis pies, lúgubre océano! 
    Vuela, bajel, condúceme a lejanos 
        parajes, al capricho de los mares, 
        engañosos, mas no a las tristes costas 
        de mi brumosa patria, de mi tierra 
        donde por vez primera mis sentidos 
    ardieron inflamados de pasión, 
        donde las tiernas musas me sonrieron 
        en secreto, donde entre tempestades 
    Se marchitó temprano mi perdida 
    juventud, donde alígera alegría 
        me traicionó, y el corazón helado 
        entregó al sufrimiento. 
        En búsqueda de nuevas sensaciones 
    de vosotros huí, paternos lares, 
    de vosotros, alumnos del deleite, 
    efímeros amigos de mi efímera 
    juventud; y vosotras, confidentes 
    de mis pecaminosos extravíos, 
    a quienes sin amor sacrificara 
    reposo, gloria, libertad y alma, 
    y vosotras, a quienes he olvidado, 
        jóvenes traicioneras, misteriosas 
    amigas de mi áurea primavera, 
    y vosotras, a quienes he olvidado... 
    Pero del corazón la antigua herida, 
    la honda llaga de amor, nada curó... 
    ¡Restallad, restallad, dóciles velas! 
    ¡Encréspate a mis pies, lúgubre océano!