El vizconde de Bragelonne, de Alexandre Dumas - Ediciones Cátedra

Cuando supo Cervantes que un tal de Avellaneda le había secuestrado a Don Quijote para encerrarlo en la casa del Nuncio de Toledo, se apresuró a desfacer el agravio con el más definitivo: el de su fin y acabamiento. Justificó ante el lector el final de la historia con unas melancólicas palabras: 'en ella te doy a don Quijote dilatado y, finalmente, muerto y sepultado, porque ninguno se atreva a levantarle nuevos testimonios'. No fue el caso de Dumas, que aun parece que llegó a proyectar un cuarto episodio. Pero los años no pasan en balde para mosqueteros, reyes ni cardenales. Y ha de ser un joven Luis XIV el que se encarga de recordárselo a D'Artagnan: '¿Creéis seguir viviendo en un siglo en el que los reyes estaban, como vos os quejáis de haberlo estado, a las órdenes y a la discreción de sus inferiores?... Estoy fundando un Estado en el que solo habrá un amo, como ya os lo prometí en otra ocasión, ha llegado el momento de cumplir mi promesa'. Y añadió: '¡La cabeza soy yo!'. En efecto, han pasado 35 años y ahora 'el Estado es Él'. Las aventuras son más cortesanas, y el dinero modela fondo y forma. Reconocemos la pluma jovial de Dumas en el perfil de personajes históricos: La Fontaine resulta ser un curioso humorista, y Molière, observador de la naturaleza humana, se inspirará en Porthos para redondear su dibujo de 'Le burgeois gentilhomme'. La melancolía invade los últimos capítulos de la novela, que acaba adquiriendo tintes épicos, y es acaso en esas páginas donde Dumas da lo mejor de sí mismo (si bien es cierto que no podría hacerlo si antes no hubiera dado todo lo anterior). La muerte de Porthos es el canto homérico de la muerte mitológica de un Titán, o la bíblica de Sansón. Y D'Artagnan, que se había preguntado: '¿Qué le queda al hombre después de la juventud, después del amor, después de la gloria, después de la amistad, después de la fuerza, después de la riqueza?. . ', concluirá con un suspiro: 'Porthos era todo corazón'.
Tapa dura
220 x 160 mm
1824 páginas
8437625084
9788437625089

Alexandre Dumas nace en Villers-Cotterêts en 1802. Hijo de un general que dejó a su familia prácticamente en la ruina al morir. Gracias a su puesto de escribiente para el duque de Orléans consiguió completar su formación de manera autodidacta. Desde 1825, editó poemas y relatos largos, y representó vodeviles en teatros de variedades. Aunque el verdadero inicio de su carrera como dramaturgo se produjo en 1829 con Enrique III y su corte, primera manifestación de la nueva generación literaria romántica. Antony, en 1831, marcó los principios de una etapa de creación infatigable de dramas, tragedias y melodramas, casi todos de exaltación de la historia nacional de Francia. Escribió también novelas históricas como Los tres mosqueteros, en 1844, y que significó su salto a la fama. Trabajando con la ayuda de varios colaboradores, entre los que destacó el historiador Auguste Maquet, con quien trabajó de 1839 a 1851, llegó a producir ochenta novelas. La mayoría de ellas pertenecen al género histórico o de aventuras, entre ellas destaca El conde de Montecristo. Dumas muere en Puys en 1870. 

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