No sé de dónde vienen tu risa, tu alegría, en qué instante aprendiste a mirar frente a frente todo lo que tememos. A mirarlo en los ojos como si nada hubiera que temer y tu mirada hubiese descubierto entre tanto desorden un principio de luz.
Como si tú estuvieras al borde del misterio y nada sorprendiera tu fe y nos hablaras no de lo que estás viendo, sino de lo que sientes venir y entiendes tan fácilmente...
Así entonces separas del terror su envoltura diaria y tu mano traza en la oscuridad un camino seguro.
No sé de dónde vienen tu risa, tu alegría, en qué instante aprendiste a mirar frente a frente todo lo que tememos. A mirarlo en los ojos como si nada hubiera que temer y tu mirada hubiese descubierto entre tanto desorden