Llevo tu luz y tu olor por donde quiera que vaya, de Álvaro Sarró | Poema

    Poema en español
    Llevo tu luz y tu olor por donde quiera que vaya

    La chica de la larga cabellera de rizos tostados solía pasearse por las faldas del Montdúver.
    Ojos de pantera brillaban tras las chispeantes y kilométricas pestañas.
    Cogía impulso en las pendientes, ocultaba el sol con su melena y, grácilmente, aterrizaba sobre la blanca alfombra que viste la silueta del Mediterráneo.
    Se sacudía la arena con sensuales movimientos de oro... y millares de partículas giraban en todas las direcciones del Universo.
    Luego, clavaba su pícara mirada en quien quiera que fueses y, sonriendo, se zambullía en el añil y verde mar, con un sordo chapoteo.
    Y con cada una de sus brazadas del oleaje surgían centenares de mariposas.
    Y las mariposas eran de todos los colores del Universo.

    • La vuelta a casa puede resultar dura.

      Tu vieja almohada, raída, fiel, de anchura y dureza justas, ha sido sustituida por una nueva, sintética, de penetrante y desagradable

      O
      L
      O
      R.

      Materiales tóxicos.

    • La chusta humea a pocos metros, junto a la mierda fresca de un perro-patada.
      A. debe de estar al caer.
      Nos recogerá en un C4 rojo con corazones pintados en los empañados cristales.
      Ya habrá dejado a su satisfecha novia en casa.
      (Más me vale).

    • Los recuerdos atribulan, aunque no sólo.
      Los dolorosos cuesta sacárselos de la cabeza.
      Con tiempo y esfuerzo pueden sepultarse, malamente, pero siempre hay algo que los hace aflorar.
      Y desgarran muchas facetas, muy adentro.
      Los felices son aún peores.

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