Moratones y agujetas en un hotel de chinos, de Álvaro Sarró | Poema

    Poema en español
    Moratones y agujetas en un hotel de chinos

    La chica tenía los ojos amarillos.
    Las manos pequeñas.
    Los pies tatuados.
    Y no le gustaba quitarse el sostén.

    Tenía algo increíble en su interior.
    Un talento de la hostia.

    De acuerdo, estaba loca.
    Pero aquel nimio detalle
    potenciaba su encanto
    hasta la bóveda celeste.

    • La vuelta a casa puede resultar dura.

      Tu vieja almohada, raída, fiel, de anchura y dureza justas, ha sido sustituida por una nueva, sintética, de penetrante y desagradable

      O
      L
      O
      R.

      Materiales tóxicos.

    • La chusta humea a pocos metros, junto a la mierda fresca de un perro-patada.
      A. debe de estar al caer.
      Nos recogerá en un C4 rojo con corazones pintados en los empañados cristales.
      Ya habrá dejado a su satisfecha novia en casa.
      (Más me vale).

    • Los recuerdos atribulan, aunque no sólo.
      Los dolorosos cuesta sacárselos de la cabeza.
      Con tiempo y esfuerzo pueden sepultarse, malamente, pero siempre hay algo que los hace aflorar.
      Y desgarran muchas facetas, muy adentro.
      Los felices son aún peores.

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