Ha mucho que te soñaba, de Amado Nervo | Poema

    Poema en español
    Ha mucho que te soñaba

    Ha mucho tiempo que te soñaba 
    así, vestida de blanco tul, 
    y al alma mía que te buscaba, 
    Ana, ¿qué miras? le preguntaba 
    como en el cuento de Barba azul. 

    Ha mucho tiempo que presentía 
    tus ojos negros como los vi, 
    y que, en mis horas de nostalgia, 
    la hermana Ana me respondía: 
    “Hay una virgen que viene a ti”. 

    Y al vislumbrarte, febril, despierto, 
    tras de la ojiva del torreón, 
    después de haberse movido incierto, 
    como campana que toca a “muerto”, 
    tocaba a “gloria” mi corazón. 

    Por fin, distinta me apareciste; 
    vibraron dianas en rededor, 
    huyó callada la Musa triste 
    y tú llegaste, viste y venciste 
    como el magnífico Emperador. 

    Hoy, mi esperanza que hacia ti corre, 
    que mira el cielo donde tú estés, 
    porque la gloria se le descorre, 
    ya no pregunta desde la torre: 
    Hermana Ana, ¿dime qué ves? 

    Hoy en mi noche tu luz impera, 
    veo tu rostro resplandecer, 
    y en mis ensueños sólo quisiera 
    enarbolarte como bandera 
    ¡y a ti abrazado por ti vencer! 

    Amado Ruiz de Nervo Ordaz (1867-18709), fue un poeta y escritor mexicano, perteneciente al movimiento modernista. Fue miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, no pudo ser miembro de número por residir en el extranjero. Poeta, autor también de novelas y ensayos, al que se encasilla habitualmente como modernista por su estilo y su época, clasificación frecuentemente matizada por incompatible con el misticismo y tristeza del poeta, sobre todo en sus últimas obras, acudiéndose entonces a combinaciones más complejas de palabras terminadas en "-ismo", que intenta reflejar sentimiento religioso y melancolía, progresivo abandono de artificios técnicos, incluso de la rima, y elegancia en ritmos y cadencias como atributos del estilo de Nervo. El sonoro nombre de Amado Nervo, frecuentemente tomado por seudónimo, era en realidad el que le habían dado al nacer, tras la decisión de su padre de simplificar su verdadero apellido, Ruiz de Nervo. Él mismo bromeó alguna vez sobre la influencia en su éxito de un nombre tan adecuado a un poeta.

    • Bien sé que para verte 
      he menester la alquimia de la muerte 
      que me transmute en alma, y delirante 
      de amor y de ansiedad, a cada instante 
      que llega, lo requiero 
      diciéndole: “Ah, si fueses tú el postrero!” 

    • Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza! 
      ¡Qué rubios cabellos de trigo garzul! 
      ¡Qué ritmo en el paso! ¡Qué innata realeza 
      de porte! ¡Qué formas bajo el fino tul...! 
      Pasó con su madre. Volvió la cabeza: 
      ¡me clavó muy hondo su mirar azul! 

    • ¡Yo lo que tengo, amigo, es un profundo 
      deseo de dormir!... ¿Sabes?: el sueño 
      es un estado de divinidad. 
      El que duerme es un dios... Yo lo que tengo, 
      amigo, es gran deseo de dormir. 

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