Alargaba la mano y te tocaba, de Antonio Gala | Poema

    Poema en español
    Alargaba la mano y te tocaba

    Alargaba la mano y te tocaba. 
    Te tocaba: rozaba tu frontera, 
    el suave sitio donde tú terminas, 
    sólo míos el aire y mi ternura. 
    Tú moras en lugares indecibles, 
    indescifrable mar, lejana luz 
    que no puede apresarse. 
    Te me escapabas, de cristal y aroma, 
    por el aire, que entraba y que salía, 
    dueño de ti por dentro. Y yo quedaba fuera, 
    en el dintel de siempre, prisionero 
    de la celda exterior. 

    La libertad 
    hubiera sido herir tu pensamiento, 
    trasponer el umbral de tu mirada, 
    ser tú, ser tú de otra manera. Abrirte, 
    como una flor, la infancia , y aspirar 
    su esencia y devorarla. Hacer 
    comunes humo y piedra. Revocar 
    el mandato de ser. Entrar. Entrarnos 
    uno en el otro. Trasponer los últimos 
    límites. Reunirnos..... 

    Alargaba la mano y te tocaba. 
    Tú mirabas la luz y la gavilla. 
    Eras luz y gavilla, plenitud 
    en ti misma, rotunda como el mundo. 
    Caricias no valían, ni cuchillos, 
    ni cálidas mareas. Tú, allí, a solas, 
    sonriente, apartada, eterna tú. 
    Y yo, eterno, apartado, sonriente, 
    remitiéndote pactos inservibles, 
    alianzas de cera. 

    Todo estuvo de nuestra parte, pero 
    cuál era nuestra parte, el punto 
    de coincidencia, el tacto 
    que pudo ser llamado sólo nuestro. 

    Una voz, en la calle, llama y otra 
    le responde. Dos manos se entrelazan. 
    Uno en otro, los labios se acomodan; 
    los cuerpos se acomodan. Abril, clásico, 
    se abate, emperador de los encuentros. 
    ¿Esto era amor? La soledad no sabe 
    qué responder: persiste, tiembla, anhela 
    destruirse. Impaciente 
    se derrama en las manos ofrecidas. 
    Una voz en la calle....Cuánto olor, 
    cuánto escenario para nada. Miro 
    tus ojos. Yo miro los ojos tuyos; 
    tú, los míos: ¿esto se llama amor? 

    Permanecemos. Sí, permanecemos 
    no indiferentes, pero diferentes. Somos 
    tú y yo: los dos, desde la orilla 
    de la corriente, solos, desvalidos, 
    la piel alzada como un muro, solos 
    tú y yo, sin fuerza ya, sin esperanza. 
    Idénticos en todo, 
    sólo en amor distintos. 
    La tristeza, sedosa, nos envuelve 
    como una niebla: ése es el lazo único; 
    ésa la patria en que nos encontramos. 
    Por fin te identifico con mis huesos 
    en el candor de la desesperanza. 
    Aquí estamos nosotros: desvaídos 
    los dos, borrados, más difíciles, 
    a punto de no ser....¿Amor es esto? 
    ¿Acaso amor es esta no existencia 
    de tanto ser? ¿Es este desvivirse 
    por vivir? Ya desangrado 
    de mí, ya inmóvil en ti, ya 
    alterado, el recuerdo se reanuda. 
    Se reanuda la inútil existencia.... 
    Y alargaba la mano y te tocaba.

    Antonio Gala es dramaturgo, novelista, poeta y ensayista. Con su primera novela, El manuscrito carmesí, ganó el Premio Planeta. A ésta le han seguido La pasión turca, con una conocida adaptación cinematográfica, Más allá del jardín, Las afueras de Dios, El imposible olvido y los libros de relatos: Los invitados al jardín y El dueño de la herida. Su obra poética, iniciada con Enemigo íntimo, reconocido con el Premio Adonais de Poesía, continúa con Poemas cordobeses, Poemas de amor y El poema de Tobías desangelado. Con su comedia Los verdes campos del Edén inició una larga y fructífera carrera como dramaturgo, durante la cual escribe obras como Anillos para una dama y Petra regalada, así como el libreto de la ópera Cristóbal Colón. Su firma como articulista es de las más prestigiosas de España. Antonio Gala ha sido reconocido entre otros prácticamente incontables con el Premio Nacional de Literatura, Premio Nacional Calderón de la Barca, Premio Ciudad de Barcelona, Premio Foro Teatral, Premio del Espectador y de la Crítica, Premio Quijote de Oro, Premio Antena de Oro, Premio Mayte, Premio Nacional de Guiones, Premio Medios Audiovisuales 1976, etc. En 2002 inició sus actividades la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores.