La desheredada, de Benito Pérez Galdós - Linkgua Ediciones

La modernidad en literatura comienza en 1881, con la publicación de La desheredada. Con esta novela, Galdós toma una decisión pensada y arriesgada, una decisión histórica: rompe con las divisiones tecnicistas y formales entre los 'géneros' literarios, para mayor eficacia político-social del arma ideológica recién reinventada en sus manos: la novelización de los conflictos de clases. Representante de la burguesía liberal revolucionaria decimonónica, realiza una crítica interna implacable hacia su propia clase social, con sus propuestas 'por encontrar ciertos ideales y resolver ciertos problemas que preocupan a todos, y conocer el origen y el remedio de ciertos males que turban las familias', ya 'en la vida exterior', ya 'en la vida doméstica' de 'la clase media' o burguesía. Al mismo tiempo, y también desde el frente burgués al que pertenece, se posiciona contra el internacionalismo proletario en sus comienzos organizativos en España. He aquí la modernidad, he ahí 'la revolución que acusa La desheredada'. Una novela que ha de leerse para volver a pensar nuestra historia actual y contemporánea.
Tapa blanda
210 x 149 mm
402 páginas
8499532004
9788499532004

Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920) es uno de los más importantes novelistas del gran realismo europeo del siglo XIX. Aunque sus aprendizajes literarios fueron en el periodismo político y cultural (La Nación, Revista del Movimiento Intelectual de Europa o Revista de España, entre otras publicaciones), desde 1870 inicia una trayectoria de novelista de gran fecundidad y extraordinaria calidad, tanto en el dominio de la novela histórica (los Episodios Nacionales) como en las novelas contemporáneas, marcadas en una primera fase por una práctica muy inteligente de las doctrinas naturalistas –La desheredada (1881), Lo prohibido (1885), Fortunata y Jacinta (1886-87) o Miau (1888)– y en un segundo momento, por el espiritualismo de las novelas rusas, valga como ejemplo su magistral Misericordia (1897). También a partir de la última década del XIX se convirtió en un dramaturgo de referencia en los teatros madrileños y barceloneses. El estreno en enero de 1901 de Electra es un verdadero aldabonazo en plena crisis de entre siglos y dramas como Casandra (1910) o comedias como Celia en los infiernos (1913) son imprescindibles en la Historia del teatro español del siglo XX. 

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