Yo soy como mi casa: Siempre abierta
al sol, al viento, al gozo y al amigo,
al aguador, al perro y al mendigo
y al piadoso dador de mano cierta.
Nada dejo cerrado... ni postigo,
ni reja, ni rendija, portón, puerta
a la verdad que en la alegría invierta,
bienvenida de pan, agua y abrigo.
Mas, al igual que con la fosa pasa,
siempre quedo cerrado a la perfidia,
al odio, a la calumnia y a la insidia;
al rastrero y traidor de abulia crasa
que carcomen las miasmas de la envidia...
Está todo cerrado... Yo y mi casa.