De pronto está claro, de Carlos Alcorta | Poema

    Poema en español
    De pronto está claro

    El amor es la victoria 
    que me ha de destruir. 
    Joan Margarit 

     
    Como la delación 
    o el arrepentimiento, 
    las historias de amor 
    adquieren con el paso de los años 
    el brillo oliváceo de la bisutería. 
    Porque el tiempo es una voz inaudible 
    que desoyen por igual amantes y traidores 
    y es otra la mirada que se asoma 
    al abismo interior de la conciencia. 
    Muchas veces hablamos 
    del férreo vínculo que procura 
    la amistad cuando el amor se termina, 
    de las ascuas de un fuego inextinguible, 
    pero ambos sabíamos que eran sólo 
    palabras sin sentido que producen 
    vértigo al recordarlas, 
    mentiras piadosas que no consiguen 
    negar lo inevitable. 
    Sé que es inútil invocar tu nombre, 
    pedirte que aletargues 
    como un somnífero 
    salvador el veneno que deslee 
    la memoria, pero ya nada importa 
    porque la distancia -esa enfermedad 
    que se alimenta de las bayas negras 
    que florecen dentro de uno 
    mismo- me ha enseñado a adjudicar 
    a cada cuerpo amado no su nombre 
    exacto, sino el dolor del vacío 
    que sobre mi piel marca su permanente tránsito.