Casa desolada, de Charles Dickens - Valdemar

En la historia de la literatura son contados los escritores capaces de crear con su pluma todo un mundo coherente, con sus ciudades, sus calles, sus paisajes y sus gentes, ricas y pobres, Charles Dickens (1812-1870) pertenece sin duda a esa casta privilegiada. A pesar de haber sufrido una infancia desdichada en la que se vio obligado a trabajar en una fábrica, su tesón y talento le llevaron finalmente al éxito social. Con la aparición de Los papeles del club Pickwick (1837), su primera obra, Dickens se convirtió rápidamente en el escritor de moda. Después vendrían las novelas Nicholas Nickleby (1839), Oliver Twist (1844), David Copperfield (1850), Little Dorrit (1853) y Una historia de dos ciudades (1859) entre otras. Casa Desolada (1853) representa, para Chesterton, el punto más alto de la madurez intelectual de Dickens, su obra central. Esther Summerson, abandonada al nacer por sus padres, es la protegida de John Jarndyce, un poderoso gentleman de buen corazón que lleva años pleiteando a causa de una herencia. Esther vive en la residencia de Jarndyce, Casa Desolada, desde los dieciocho años, junto con Ada y Richard, primos adolescentes de John, huérfanos e indigentes a causa de la disputada herencia, a los que éste trata de orientar en la vida. La novela gira en torno a los avatares biográficos de Esther –cuyo relato en primera persona se intercala con el del narrador–, siempre luchando por encontrar su identidad, superar su origen y triunfar socialmente. “Leer” a veces resulta un término demasiado tradicional para la total entrega a que invita Casa Desolada, como apuntó Harold Bloom.
Tapa dura
235 x 155 mm
1088 páginas
8477025959
9788477025955

Charles Dickens (Portsmouth, 1812-Rochester, 1870) fue un novelista inglés victoriano y uno de los más conocidos de la literatura universal, que manejó con maestría la narración, la ironía y el dramatismo de la vida en una incisiva crítica social. Sus descripciones de personajes y ambientes, tanto reales como imaginarios son magistrales. Pasó su infancia en Londres y en Kent. Abandonó la escuela y se vio obligado a trabajar desde niño cuando encarcelaron a su padre por deudas. Su formación fue autodidacta, y su novela David Copperfield (1850) refleja esa violencia contra la infancia. A partir de 1827 publicó artículos en The Mirror of Parliament y The Morning Chronicle. La publicación por entregas de casi todas sus novelas creó una intensa relación con su público, y en ellas se pronunció sobre los asuntos de su tiempo. En aquellos años, evolucionó a la actitud socialmente comprometida de Oliver Twist

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