Yo, que tantos hombres he sido
Borges
Porque de tantas vidas que tuve estoy ausente y soy, a la vez soy aquel hombre que fui. Neruda
Tú,
que tantos hombres has sido,
no fuiste aun aquel
que subió conmigo
a las montañas nubladas,
donde está escrito:
«Ellos vendrán.
Vendrán erguidos
por la oscura niebla
donde levita Galicia.
Los caballos serán fulgurantes.
Las botas altas y negras.
Azules las miradas y las casacas;
las fustas, negras.
Traerán un aroma a roble,
una hoz y una bandera roja.
Bajarán por la gándara
enamorando a las doncellas.
Quizás vengan dos.
Los caballos azules.
Botas y espuelas negras.
La bandera, roja.
Uno traerá la hoz,
otro la esperada enseña.
Recitarán a Ossián,
agotarán las cepas,
hablarán de los hombres de las pallozas antiguas.
Bajarán por la gándara,
relampagueante de cascos,
silenciosa de estoicos guerreros.
No lo olvidéis.
Ellos vendrán por la oscura niebla.
Uno será un caballero,
traerá hoz de bronce,
y en el porte mítico veréis
que desciende de Breogán.
El otro será apacible,
traerá la palabra
y vendrá con el estandarte rojo.
Que la tierra que pisen sea firme,
el vino noble y las mujeres propicias».
Mientras,
a mi me sucede lo contrario
que a Pasolini con Gramsci:
estoy contra ti en la luz,
más contigo en las oscuras tinieblas.
y es que yo creo en la lógica de las cosas,
pero no creo en la lógica.
Por eso fui tantos hombres
como mujeres tuve.
Y por si alguna vez nos encontráramos
recuerda que yo subí a la cumbre de la montaña,
que divisé el abismo
y que bajé por ti.
Recuerda,
que estoy esperando el día
que serenes tu palabra,
liberes de nuevo el grito de los antiguos
y me digas que estás dispuesto a subir.
Entonces lo dejaremos todo,
quemaremos la última noche que nos queda,
y en los caballos azules
subiremos a las montañas nubladas,
traspasando la oscura niebla
donde levita Galicia
y donde termina nuestro laberinto.
Juntos cazaremos todos los ciervos pardos
y regresaremos cubiertos por pellejos de lobo.
Después nos perderemos en los barrancos,
librando cadenas,
prendiéndonos de cabelleras femeninas,
hasta consumar el ciclo, .
allá,
donde no hay estado, ni dios, ni poder.