David Herbert Lawrence (1885-1930) fue un novelista, poeta, dramaturgo y crítico literario inglés, considerado una de las figuras literarias más influyentes y controvertidas del siglo XX. Sus obras exponen una profunda reflexión sobre los efectos deshumanizadores de la modernidad y de la industrialización, y en ellas abordó cuestiones relacionadas con la salud emocional, la vitalidad, la espontaneidad, la sexualidad humana y el instinto. Las opiniones de Lawrence sobre todos estos asuntos le causaron numerosos problemas personales y su obra fue objeto de censura en varias ocasiones. E. M. Forster lo describió como "el novelista imaginativo más grande de nuestra generación" y, posteriormente, F. R. Leavis, un crítico de Cambridge de notoria influencia, resaltó tanto su integridad artística como su seriedad moral, lo que situó a buena parte de su ficción dentro de la "gran tradición" canónica de la novela en Inglaterra. Su obra refleja su oposición a una época marcada por las consecuencias de la industrialización y de la Primera Guerra Mundial. Lawrence incide en la exaltación del instinto sobre la razón, en la pasión por encima del intelecto y en la espontaneidad frente al convencionalismo. Este pensamiento le lleva a un retorno a lo primordial e instintivo, cuyo centro se halla en la vida sexual, concebida como única forma de conocimiento inmediato.