A vos, la cazadora gorda y flaca, que nunca os falta el moco y romadizo, ¿por qué un pastor a oscuras os lo hizo, si de casta os preciáis, doña Bellaca?
Y si en la matadura de una haca os cebáis al entrar por cobertizo, ¿por qué traéis el mar espantadizo, con que os podéis sorber una carraca?
Todos la llaman luna a trochemoche, y tráenos el seso a la redonda con esta vanidad e hipocresía;
pues, si el sol no alumbrase a la cachonda, no alcanzaría más luz su señoría que el rabo de una negra a media noche.
A vos, la cazadora gorda y flaca, que nunca os falta el moco y romadizo, ¿por qué un pastor a oscuras os lo hizo, si de casta os preciáis, doña Bellaca?