La lluvia en el insomnio, de Elena Martín Vivaldi | Poema

    Poema en español
    La lluvia en el insomnio

    A Antonio Carvajal 
     
    Llueves, la noche, llueves reclamando 
    mi atención, la mirada, 
    mi entrega a tu constante, entrañada, 
    pasión. 
    Llueves y llueves, lluvia de la noche, 
    lluvia que te proclamas vencedora 
    de la estrella más alta, 
    que pregonas, abates el silencio, 
    repitiendo tu nombre y tu destino 
    de palabra insaciable. 
    Llueves y llueves más, 
    cuelgas tus hilos 
    de un cielo recobrado 
    en tu sombra y acento. 
    Llueve tu acompasado ritmo sobre el tejado, 
    el árbol, 
    por las ramas, 
    la tierra, 
    en la carne, 
    en la ausencia. 
    Iluminas la noche y la oscureces. 
    Hablas y dices tu húmeda pregunta 
    al que insomne te espía. 
    Pero yo no respondo. 
    ¿Qué me tiene 
    la frente dolorida, y sin espejos 
    donde encontrar el corredor que lleve 
    hasta el hondo lugar que se extiende en lo oscuro, 
    revelador de un sueño? 
    ¿Por qué tu voz no es hoy 
    brillante azul, 
    liviana, 
    alegre, triste, 
    desvelada, mía? 

    ¿Por qué no es puente, aroma 
    trayéndome el asombro de tus manos? 

    ¿Por qué me dejas sola, con mis ojos 
    ciegos a la verdad que tú le siembras 
    a corazón sencillo, 
    al hombre que te escucha sintiéndose más tierra, 
    más árbol, más deseo, 
    más rama, más raíz 
    y más humano? 
    Déjame de tu nombre la inquietud, 
    guardada en el temblor de tu insistencia. 
    Que mañana la encuentre, 
    cuando el sueño 
    haya borrado este desasimiento, 
    y amanezca yo en ti, 
    ya luz y llama.