Andando el tiempo, de Emilio Adolfo Westphalen | Poema

    Poema en español
    Andando el tiempo

    Andando el tiempo 
    Los pies crecen y maduran 
    Andando el tiempo 
    Los hombres se miran en los espejos 
    Y no se ven 
    Andando el tiempo 
    Zapatos de cabritilla 
    Corriendo el tiempo 
    Zapatos de atleta 
    Cojeando el tiempo 
    Con errar de cada instante y no regresar 
    Alzando el dedo 
    Señalando 
    Apresurado 
    Es el tiempo y no tiene tiempo 
    No tengo tiempo 
    Mostrar la libreta 
    Todo en orden 
    Por aquí a la aventura silencio cerrado 
    Por allá a la descompuesta inmóvil móvil 
    Ya llega y tarda 
    Y se olvida 
    Por acá con boca falsa y palabras de otra hora 
    El pañuelo nuevo y pronto 
    Para el adiós 
    Adiós y no ha llegado 
    Ésta es la señal 
    El tiempo 
    Casi no es niño 
    Pero flor no es 
    Casi 
    Cuando está sobre un árbol 
    Se divisa el paisaje la estrella 
    Los zapatos 
    Osamentas de pescado 
    Y el ojo llena el horizonte 
    El tiempo 
    Aunque cojee y se hiera y se lamente 
    Prohibido 
    No te hagas tan silencio 
    La nube sabe de otro lugar 
    Son las escaleras que bajan 
    Porque nadie sube 
    Porque nadie muerde la nuca 
    Sino las flores 
    O los pies llagados 
    Andando y sangre de tiempo 
    Gotas de lluvia el torrente 
    La mano llega 
    Éste es su destino 
    Llegar el tiempo 
    Se devuelve y usted sabe más 
    Estaba junto al silencio 
    Estaba con ojos pequeños 
    La mano a lo desierto 
    El pie a lo ignorado 
    Indudable 
    Los huesos prestados podían ser míos 
    Si un leve signo no dijera 
    Y no decía 
    Alzada levantada 
    Me doy a tu más leve giro 
    Al amor de las pestañas 
    A lo no dicho 
    Vértigo 
    Te temía sin noche y sin día 
    Aunque no regreses 
    Por la marcha de mis huesos a otra noche 
    Por el silencio que se cae 
    O tu sexo