texto_poema
El cuerpo en que yo vivía nunca supo de mi cuerpo. Nada preguntó por él y de mí salió sin verlo.
Llegó a una fuente. En sus aguas vio la flor azul del cielo: -Di, ¿cómo te llamas, flor?... -Nombre soy de tu silencio.
Nada entendió. Subió al monte de la soledad. El viento, se desnudaba en la cumbre de Dios, todo su misterio.
-Di, viento: ¿cuál es tu nombre?... -Nombre soy de tu silencio. Y dos águilas volaron, resbalando, hasta mi sueño.
Siguió mi cuerpo tras ellas, olvidándose en su vuelo, de sí mismo, y nuevamente entró en mí, sin yo saberlo.
¿Y está en mí?... (Busco su nombre; pero al buscarlo, me pierdo dentro del mundo que trajo mi cuerpo hasta mi silencio.)
«¿Lleno de ti mismo estás y buscas nombre a tu cuerpo?», siento que un rumor me canta, quebrando, en mí, dos reflejos...
Llamo en él y en él estoy. Salgo de mí y en él entro...
¡Aún no conozco mi nombre pero sé que lo navego!