La miniatura incandescente, de Emily Dickinson - Libros del Zorro Rojo

'Los cuartetos que conforman este volumen constituyen una curiosidad. Noforman parte —de forma oficial— de la obra poética de Dickinson. La poetalos escribía como pequeños amuletos y los enviaba —modulándolossegún su interlocutor— como si fueran regalos, acompañando flores, oimbricados adentro de la prosa de sus cartas' Así nos lo explica la doctoraMaría Negroni, traductora y prologuista de esta singular obra: 'El cuartetoes el sello que marca la poesía de Dickinson, su forma omnipresente y lamás elaborada. (…) A veces, de esas miniaturas incandescentes salíanpoemas propiamente dichos. Su importancia en el conjunto es, sinembargo, crucial'. Esta edición bilingüe reúne 185 poemas inéditos en España, agrupados porla fecha de su escritura, y acompañados del elegante trabajo artístico en papelrecortado de Lucila Biscione, que sintoniza con la sintaxis rota de los versosde Dickinson, con su sobriedad, sin menoscabo de la belleza, la paradojao los pequeños detalles presentes en su poesía. Encontramos cuartetos florales y turbulentos, frívolos y crispados. 'A veces, hacia el final, estos poemas se vuelven elegíacos e incluso áridos o abstractos. Pero todos se inscriben contra la retórica, se burlan del énfasis, manifiestanun deseo de contravenir las reglas, de confundir categorías y definiciones, para buscar el vínculo entre órdenes de realidad diversa', afirma Negroni. Un libro con carácter de ofrenda, para transformar la lectura en unaexperiencia sensorial, en la que cada verso se revela como una pequeñailuminación.
Tapa dura
235 x 138 mm
120 páginas
8412314301
9788412314304

Emily Elizabeth Dickinson (Amherst, Massachusetts), fue una poeta estadounidense. Su poesía apasionada le ha colocado en el reducido panteón de poetas fundamentales estadounidenses junto a Edgar Allan Poe, Ralph Waldo Emerson y Walt Whitman. Dickinson procedía de una familia de prestigio y poseía fuertes lazos con su comunidad, aunque vivió gran parte de su vida recluida en su casa. Los conocidos de Dickinson probablemente sabían de sus escritos pero no fue hasta después de su muerte, en 1886, cuando Lavinia, la hermana pequeña de Dickinson, descubrió los poemas que Emily guardaba y se logró hacer evidente la amplitud de su obra. 

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