Este es el prólogo, de Federico García Lorca | Poema

    Poema en español
    Este es el prólogo

    Dejaría en este libro 
    toda mi alma. 
    Este libro que ha visto 
    conmigo los paisajes 
    y vivido horas santas. 

    ¡Qué pena de los libros 
    que nos llenan las manos 
    de rosas y de estrellas 
    y lentamente pasan! 

    ¡Qué tristeza tan honda 
    es mirar los retablos 
    de dolores y penas 
    que un corazón levanta! 

    Ver pasar los espectros 
    de vidas que se borran, 
    ver al hombre desnudo 
    en Pegaso sin alas, 

    ver la vida y la muerte, 
    la síntesis del mundo, 
    que en espacios profundos 
    se miran y se abrazan. 

    Un libro de poesías 
    es el otoño muerto: 
    los versos son las hojas 
    negras en tierras blancas, 

    y la voz que los lee 
    es el soplo del viento 
    que les hunde en los pechos, 
    entrañables distancias. 

    El poeta es un árbol 
    con frutos de tristeza 
    y con hojas marchitas 
    de llorar lo que ama. 

    El poeta es el médium 
    de la Naturaleza 
    que explica su grandeza 
    por medio de palabras. 

    El poeta comprende 
    todo lo incomprensible, 
    y a cosas que se odian, 
    él, amigas las llama. 

    Sabe que los senderos 
    son todos imposibles, 
    y por eso de noche 
    va por ellos en calma. 

    En los libros de versos, 
    entre rosas de sangre, 
    van pasando las tristes 
    y eternas caravanas 

    que hicieron al poeta 
    cuando llora en las tardes, 
    rodeado y ceñido 
    por sus propios fantasmas. 

    Poesía es amargura, 
    miel celeste que mana 
    de un panal invisible 
    que fabrican las almas. 

    Poesía es lo imposible 
    hecho posible. Arpa 
    que tiene en vez de cuerdas 
    corazones y llamas. 

    Poesía es la vida 
    que cruzamos con ansia 
    esperando al que lleva 
    sin rumbo nuestra barca. 

    Libros dulces de versos 
    son los astros que pasan 
    por el silencio mudo 
    al reino de la Nada, 
    escribiendo en el cielo 
    sus estrofas de plata. 

    ¡Oh, qué penas tan hondas 
    y nunca remediadas, 
    las voces dolorosas 
    que los poetas cantan! 

    Dejaría en el libro 
    este toda mi alma...

    Federico García Lorca (Fuentevaqueros, 5 de junio de 1898 – camino de Víznar a Alfacar, 1936) fue un poeta y dramaturgo español, adscrito a la generación del 27. Desde pequeño entró en contacto con las artes a través de la música y el dibujo. En 1915 comenzó a estudiar Filosofía y Letras, así como Derecho, en la Universidad de Granada. Formó parte de El Rinconcillo, tertulia de los artistas granadinos, donde conoció a Manuel de Falla. Entre 1916 y 1917 realizó una serie de viajes por España con sus compañeros de estudios, que inspiraron su primer libro Impresiones y paisajes (1918). En 1919 se instaló en la Residencia de Estudiantes de Madrid, coincidiendo con numerosos artistas e intelectuales como Luis Buñuel, Rafael Alberti o Salvador Dalí. Allí empezó a florecer su actividad literaria, con la publicación de obras como Libro de poemas (1921) o El maleficio de la mariposa (1920). En 1929 viajó a Nueva York por sugerencia de Fernando de los Ríos, plasmando este viaje en Poeta en Nueva York, que se publicaría cuatro años después de su muerte, en 1940. En 1931 fundó el grupo teatral universitario La Barraca, para acercar el teatro al pueblo mediante obras del Siglo de Oro. Otro viaje a Buenos Aires en 1933 hizo crecer más su popularidad con el estreno de Bodas de Sangre y a su vuelta a España, un año después, siguió publicando diversas obras como Yerma o La casa de Bernarda Alba. En 1936, al regresar a Granada, fue detenido y fusilado por sus ideas liberales.