Carta, de Félix Grande | Poema

    Poema en español
    Carta

    Mi amada 
    estará pensando en mí: 
    ¡la una de la madrugada! 

    ¿El amor empieza así, 
    cada uno solo en su lecho, 
    sin dormir, 
    y deseando recibir 
    otro balazo en el pecho? 

    El camino 
    clandestino 
    con rumor de sabia nueva 
    y tierra sin pisar, ¿ lleva 
    a buen fin, a buen destino? 
    ¿O es otra vez el ciclón 
    que empieza con un suspiro 
    y que acabará de un tiro 
    partiéndome el corazón? 

    No lo sé. 
    Me temo quo lo sabré 
    cuando estén llenos de azufre 
    los silos de la memoria: 
    ¿Sólo comprende el que sufre? 
    ¿Sólo el dolor tiene historia? 
    ¿O quizás, y todavía, 
    será posible inventar 
    la historia de la alegría? 

    ¡Preguntar y preguntar, 
    desvelado, 
    con azufre en el pasado 
    y fracturas y despojos 
    en donde ponga los ojos! 

    Sin embargo, ¡ah, sin embargo, 
    don Antonio!, 
    por entre un saber amargo 
    aguardo como un demonio 
    que una mujer, desvelada 
    por un secreto y un hombre, 

    ponga mi nombre en su almohada 
    y al fin se duerma dichosa 
    con una mano olvidada 
    orilla a su oscura rosa. 

    ¿No escarmienta la ilusión? 
    ¡La una de la madrugada 
    y el tictac del corazón 
    avanzado, sin dormir 
    y afanoso, 
    por el tiempo misterioso 
    que aún falta para morir!