Tal como están las cosas tal como va la herida puede venir el fin desde cualquier lugar Pero caeré diciendo que era buena la vida y que valía la pena vivir y reventar Puedo morir de insomnio de angustia o de terror o de cirrosis o de soledad o de pena Pero hasta el mismo fin me durará el fervor me moriré diciendo que la vida era buena Puedo quedar sin casa sin gente sin visita descalzo y sin mendrugo ni nada en mi alacena Sospecho que mi vida será así y ya está escrita Pero caeré diciendo que la vida era buena Puede matarme el asco la vergüenza o el tedio o la venal tortura o una bomba homicida ni este mundo ni yo tenemos ya remedio Pero caeré diciendo que era buena la vida Tal como están las cosas mi corazón se llena de puertas que se cierran con cansancio o temor Pero caeré diciendo que la vida era buena: La quiero para siempre con muchísimo amor
Mientras desciende el sol, lento como la muerte, observas a menudo esa calle donde está la escalera que conduce a la puerta de tu guarida. Dentro se encuentra un hombre pálido, cumplida ya, remota la mitad de su edad; fuma y se asoma