Corría un manso arroyuelo, de Félix Lope de Vega | Poema

    Poema en español
    Corría un manso arroyuelo

    entre dos valles al alba, 
    que sobre prendas de aljófar 
    le prestaban esmeraldas. 

    Las blancas y rojas flores 
    que por las márgenes baña, 
    dos veces eran narcisos 
    en el espejo del agua. 

    Ya se volvía el aurora, 
    y en los prados imitaban 
    celosos lirios sus ojos, 
    jazmines sus manos blancas. 

    Las rosas en verdes lazos 
    vestidas de blanco y nácar, 
    con hermosura de un día 
    daban envidia y venganza. 

    Ya no bajaban las aves 
    al agua, porque pensaban, 
    como daba el sol en ella, 
    que eran pedazos de plata. 

    En esta sazón Lisardo 
    salía de su cabaña, 
    ¿quién pensara que a estar triste, 
    donde todos se alegraban? 

    Por las mal enjutas sendas 
    delante el ganado baja, 
    que a un mismo tiempo paciendo, 
    come yelo y bebe escarcha. 

    Por otra parte venía 
    de sus tristezas la causa, 
    hermosa como ella misma, 
    pues ella sola se iguala. 

    Leyendo viene una letra 
    que a sus estrellas con alma 
    compuso Lisardo un día, 
    con más amor que esperanza. 

    Vióle admirado de verla, 
    y de unas cintas moradas, 
    para matalle a lisonjas, 
    el instrumento desata. 

    Y por dos hilos de perlas, 
    que dos claveles guardaban, 
    dio la voz al manso viento 
    y repitió las palabras: 

    «Madre, unos ojuelos vi, 
    verdes, alegres y bellos. 
    ¡Ay, que me muero por ellos, 
    y ellos se burlan de mí! 

    »Las dos niñas de sus cielos 
    han hecho tanta mudanza, 
    que la color de esperanza 
    se me ha convertido en celos. 

    »Yo pienso, madre, que vi 
    mi vida y mi muerte en ellos. 
    ¡Ay... ! 

    »¿Quién pensara que el color 
    de tal suerte me engañara? 
    Pero ¿quién no lo pensara 
    como no tuviera amor? 

    »Madre, en ellos me perdí, 
    y es fuerza buscarme en ellos. 
    ¡Ay, que... !»

    Lope de Vega fue uno de los más importantes poetas y dramaturgos del Siglo de Oro español y uno de los más prolíficos de la literatura universal. Cultivó todos los géneros literarios: desde las obras pastoriles La Arcadia y Los pastores de Belén, en las incluyó numerosos poemas, hasta la novela bizantina El peregrino en su patria, que incluye cuatro autos sacramentales, pasando por las novelas cortas de tipo italianizante La Filomena y La Circe. A la tradición de La Celestina, se adscribe La Dorotea, donde narra sus frustrados amores juveniles con Elena Osorio. Sin embargo, donde realmente vemos al Lope renovador es en el género dramático. Después de una larga experiencia escribiendo para la escena, compuso el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, donde expone sus teorías dramáticas. Sus obras más conocidas son las que tratan los problemas de abusos por parte de los nobles, situaciones frecuentes en el panorama político de la España del siglo XV. Entre ellas se encuentran: Fuente Ovejuna, El mejor alcalde, el rey, Peribáñez y el comendador de Ocaña y El caballero de Olmedo. De tema amoroso son La doncella Teodora, El perro del hortelano, El castigo del discreto, La hermosa fea y La moza de cántaro.