¡Oh libertad preciosa, de Félix Lope de Vega | Poema

    Poema en español
    ¡Oh libertad preciosa

    ¡Oh libertad preciosa, 
    no comparada al oro, 
    ni al bien mayor de la espaciosa tierra, 
    más rica y más gozosa 
    que el precioso tesoro 
    que el mar del sur entre su nácar cierra 
    con armas, sangre y guerra, 
    con las vidas y famas, 
    conquistado en el mundo; 
    paz dulce, amor profundo, 
    que el mar apartas y a tu bien nos llamas; 
    en ti sola se anida 
    oro, tesoro, paz, bien , gloria y vida! 

    Cuando de las humanas 
    tinieblas vi del cielo 
    la luz, principio de mis dulces días, 
    aquellas tres hermanas 
    que nuestro humano velo 
    texiendo, llevan por inciertas vías, 
    las duras penas mías 
    trocaron en la gloria 
    que en libertad poseo, 
    con siempre igual deseo, 
    donde verá por mi dichosa historia 
    quien más leyere en ella 
    que es dulce libertad lo menos della. 

    Yo, pues, señor exento 
    desta montaña y prado, 
    gozo la gloria y libertad que tengo. 
    Soberbio pensamiento 
    jamás ha derribado 
    la vida humilde y pobre que sostengo. 
    Cuando a las manos vengo 
    con el muchacho ciego, 
    haciendo rostro embisto, 
    venzo, triunfo y resisto 
    la flecha, el arco, la pozoña, el fuego, 
    y con libre albedrío 
    lloro el ajeno mal y canto el mío 

    Cuando la aurora baña 
    con helado rocío 
    de aljófar celestial el monte y prado, 
    salgo de mi cabaña, 
    riberas de este río, 
    a dar el nuevo pasto a mi ganado, 
    y cuando el sol dorado 
    muestra sus fuerzas graves, 
    al sueño el pecho inclino 
    debaxo un sauce o pino, 
    oyendo el son de las parleras aves 
    o ya gozando el aura 
    donde el perdido aliento se restaura. 

    Cuando la noche oscura 
    con su estrellado manto 
    el claro día en su tiniebla encierra, 
    y suela en la espesura 
    el tenebroso canto 
    de los nocturnos hijos de la tierra, 
    al pie de aquesta sierra 
    con rústicas palabras 
    mi ganadillo cuento 
    y el corazón contento 
    del gobierno de ovejas y de cabras, 
    la temerosa cuenta 
    del cuidadoso rey me representa. 

    Aquí la verde pera 
    con la manzana hermosa, 
    de gualda y roja sangre matizada, 
    y de color de rosa 
    la cermeña olorosa 
    tengo, y la endrina de color morada; 
    aquí de la enramada 
    parra que al olmo enlaza 
    melosas uvas cojo; 
    y en cantidad recojo, 
    al tiempo que las ramas desenlaza 
    el caluroso estío, 
    membrillos que coronan este río. 

    No me da descontento 
    el hábito costoso 
    que de lascivo el pecho noble infama; 
    es mi dulce sustento 
    del campo generoso 
    estas silvestres frutas que derrama; 
    mi regalada cama, 
    de blandas pieles y hojas, 
    que algún rey la envidiara, 
    y de ti, fuente clara, 
    que, bullendo, el arena y agua arrojas, 
    estos cristales puros, 
    sustentos pobres, pero bien seguros. 

    Estése el cortesano 
    procurando a su gusto 
    la blanda cama y el mejor sustento; 
    bese la ingrata mano 
    del poderoso injusto, 
    formando torres de esperanza al viento; 
    viva y muera sediento 
    por el honroso oficio, 
    y goce yo del suelo, 
    al aire, al sol y al hielo, 
    ocupado en mi rústico ejercicio; 
    que más vale pobreza 
    en paz que en guerra mísera riqueza. 

    Ni temo al poderoso 
    ni al rico lisonjeo, 
    ni soy camaleón del que gobierna, 
    ni me tiene envidioso 
    ni ambición y el deseo 
    de ajena gloria ni de fama eterna; 
    carne sabrosa y tierna, 
    vino aromatizado, 
    pan blanco de aquel día, 
    en prado, en fuerte fría, 
    halla un pastor un hambre fatigado, 
    que el grande y el pequeño 
    somos iguales lo que dura el sueño.

    Lope de Vega fue uno de los más importantes poetas y dramaturgos del Siglo de Oro español y uno de los más prolíficos de la literatura universal. Cultivó todos los géneros literarios: desde las obras pastoriles La Arcadia y Los pastores de Belén, en las incluyó numerosos poemas, hasta la novela bizantina El peregrino en su patria, que incluye cuatro autos sacramentales, pasando por las novelas cortas de tipo italianizante La Filomena y La Circe. A la tradición de La Celestina, se adscribe La Dorotea, donde narra sus frustrados amores juveniles con Elena Osorio. Sin embargo, donde realmente vemos al Lope renovador es en el género dramático. Después de una larga experiencia escribiendo para la escena, compuso el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, donde expone sus teorías dramáticas. Sus obras más conocidas son las que tratan los problemas de abusos por parte de los nobles, situaciones frecuentes en el panorama político de la España del siglo XV. Entre ellas se encuentran: Fuente Ovejuna, El mejor alcalde, el rey, Peribáñez y el comendador de Ocaña y El caballero de Olmedo. De tema amoroso son La doncella Teodora, El perro del hortelano, El castigo del discreto, La hermosa fea y La moza de cántaro.