Lucrecia y Melibea, de Fernando de Rojas | Poema Dulces árboles sombrosos, humillaos cuando veáis aquellos ojos graciosos del que tanto deseáis, Estrellas que relumbráis, norte y lucero del día, ¿por qué no le despertáis, si aún duerme mi alegría? Leer el poema