Soneto a una dama que despabiló una vela con los dedos
El que es de algún peligro escarmentado, suele temerle más que quien lo ignora, por eso temí el fuego en vos, señora, cuando de vuestros dedos fue tocado.
Mas, ¿vistes qué temor tan excusado del daño que os hará la vela agora? Si no os ofende el vivo que en mí mora ¿cómo os podrá ofender luego pintado?
Prodigio es de mi daño, Dios me guarde, ver el pabilo en fuego consumido y acudirle al remedio vos tan tarde:
señal de no esperar ser socorrido el mísero que en fuego por vos arde, hasta que esté en ceniza convertido.
El que es de algún peligro escarmentado, suele temerle más que quien lo ignora, por eso temí el fuego en vos, señora, cuando de vuestros dedos fue tocado.
Mas, ¿vistes qué temor tan excusado del daño que os hará la vela agora?