'Soneto a una dama que despabiló una vela con los dedos', de Francisco de Terrazas | Poema
Título: Soneto a una dama que despabiló una vela con los dedos
Autor: Francisco de Terrazas
Narrador: Francisco Fernández
Soneto a una dama que despabiló una vela con los dedos
El que es de algún peligro escarmentado,
suele temerle más que quien lo ignora,
por eso temí el fuego en vos, señora,
cuando de vuestros dedos fue tocado.
Mas, ¿vistes qué temor tan excusado
del daño que os hará la vela agora?
Si no os ofende el vivo que en mí mora
¿cómo os podrá ofender luego pintado?
Prodigio es de mi daño, Dios me guarde,
ver el pabilo en fuego consumido
y acudirle al remedio vos tan tarde:
señal de no esperar ser socorrido
el mísero que en fuego por vos arde,
hasta que esté en ceniza convertido.
Soneto a una dama que despabiló una vela con los dedos
El que es de algún peligro escarmentado,
suele temerle más que quien lo ignora,
por eso temí el fuego en vos, señora,
cuando de vuestros dedos fue tocado.
Mas, ¿vistes qué temor tan excusado
del daño que os hará la vela agora?
Si no os ofende el vivo que en mí mora
¿cómo os podrá ofender luego pintado?
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Anónimo
Niños soldados, mozos capitanes,
sargentos que en su vida han visto guerra,
generales en cosas de la tierra,
almirantes con damas muy galantes.
Alféreces de bravos ademanes,
nueva milicia que la antigua encierra,
hablar extraño, parecer que a tierra,
turcos rapados, crespos alemanes.
...Lope de Vega
Noche fabricadora de embelecos,
loca, imaginativa, quimerista,
que muestras al que en ti su bien conquista,
los montes llanos y los mares secos;
habitadora de celebros huecos,
mecánica, filósofa, alquimista,
encubridora vil, lince sin vista,
espantadiza de tus mismos ecos;
...Gutierre de Cetina
Horas alegres que pasáis volando
porque a vueltas del bien mayor mal sienta;
sabrosa noche que en tan dulce afrenta
el triste despedir me vas mostrando;
importuno reloj, que apresurando
tu curso, mi dolor me representa;
estrellas con quien nunca tuve cuenta,
que mi partida vais acelerando;
...Francisco de Figueroa
Maldito seas, Amor, perpetuamente:
tu nombre, tu saeta, venda y fuego:
tu nombre, que con tal desasosiego
me fuerza a andar perdido entre la gente;
tu flecha, que me hizo así obediente
de aquella falsa, de quien ya reniego;
tu venda, con que me hiciste ciego
y así juzgué por ángel la serpiente;
...