Laura, si tu mirada enternecida hunde en la mía el fulgurante rayo mi espíritu feliz, con nueva vida, en ráfaga encendida resbala con la luz del sol de mayo. Y si en tus ojos plácidos me miro sin sombras y sin velos, extasiado respiro
Las nubes rápido se encuentran, Los robles del bosque rugen, Una doncella se sienta junto a la verde orilla. Las olas rompen con furia; ella suspira en la noche que oscurece, y con los párpados anegados en llanto se lamenta: