Hay una luz que el viento ha extinguido. Hay una taberna que en la tarde un ebrio abandona. Hay una viña quemada y negra. con agujeros llenos de arañas. Hay un cuarto que han blanqueado con leche. El demente ha muerto. Hay una isla de los mares del sur para recibir al dios del sol. Tocan los tambores. Los hombres ejecutan danzas de guerra. Las mujeres contonean las caderas entre enredaderas y flores de fuego, cuando el mar canta. Oh nuestro paraíso perdido.
Las ninfas han abandonado los bosques de oro. Sepultan al extranjero. Comienza entonces una lluvia ígnea. El hijo de Pan surge bajo la apariencia de un peón caminero, que duerme al mediodía sobre la tierra ardiente. Hay niñas en un patio con vestiditos de una pobreza desgarradora. Hay salas colmadas de acordes y sonatas. Hay sombras que se abrazan ante un espejo ciego. En las ventanas del hospital se calientan los convalecientes. Un barco blanco remonta el canal cargado con epidemias sangrientas.
La hermana extranjera surge de nuevo en los malos sueños de alguien.
Hay una luz que el viento ha extinguido. Hay una taberna que en la tarde un ebrio abandona. Hay una viña quemada y negra. con agujeros llenos de arañas. Hay un cuarto que han blanqueado con leche. El demente ha muerto.