Guía para el Averno 1967, de Gunnar Ekelöf | Poema

    Poema en español
    Guía para el Averno 1967

    Solo en la Noche silenciosa 
    ¡la única a la que llamo mía! 
    Solo en las tinieblas fundido con el dolor 
    viendo como el Día distraía de la Verdad 
    la Verdad del Día: una lluvia de alfilerazos 
    contra la piel, el oído y los otros sentidos 
    Solo en la Noche luchando con la Verdad- 
    En las tinieblas se acercan sus agujas 
    sus aguzadas puntas de luz. ¡Y que esto sea 
    juego limpio! -Una lluvia de pinchazos 
    me dio el Día, ¿Se puede arrancar la vida 
    a alguien con el tormento? Preferible entonces es la Noche 
    cuya punzada es una sola, decisiva 
    en la luz de tu ojo, la niña de los ojos de tu alma 
    en el ser o no ser de tu corazón- 
    Tú vez cómo se acerca la punta y la esquivas 
    Se vuelve a acercar, tú la paras 
    Y las tinieblas acogen tus ataques 
    los ocultan en su oscuro pecho donde quizá otro corazón 
    palpita herido -tu imagen reflejada en un espejo 
    en un mundo reflejado en un espejo. 

    * * * 

    La novicia de Spalato 

    2. ¿Has visto florecer el desierto? 
    Dime: ¿Has visto el desierto en flor? 
    Dime, para que yo sepa 
    cómo luce un desierto en flor 
    -Yo he visto florecer el desierto 
    Era el rostro del ciego 
    cuando tocó con la mano algo 
    que su boca recordaba. 



    * * * 



    4. El dijo: 
    -Una vez te vi 
    como si tú fueses 
    una niña con sus ojos 
    clavados en los míos- 
    Pero apartas la mirada 
    Miras hacia el muro 
    aunque tu mano 
    no suelta la mía 

    Pero si mi mano suelta 
    tu mano 
    Entonces tú me buscas 

    Tus profundos ojos castaños buscan 
    los míos que evitan los tuyos 

    Ella dijo: 
    ¡Qué tímido eres, amor mío, para contigo mismo! 
    Quizá sea porque te amo 
    más que tú a mí 
    Quizá sea porque tú puedes amarme 
    como yo a ti. 



    * * * 



    ¡Buen viaje, suerte en la vida 
    y más allá de la vida, joven pura! 
    Te he liberado de mí 
    al no besar tu puro rostro 
    al no rozar tu boca con mis oscuros labios! 
    También existen apóstatas así 
    que no son apóstatas del amor 
    Yo no te he clavado mi puñal 
    ni te he hablado de las Tres Rosas 
    que el mundo todavía podía haberte dado 
    ¡Algún día nos encontraremos lejos de aquí 
    y siempre te reconoceré 
    porque tú fuiste yo! 
    Y tú me preguntarás: 
    ¿Desde qué lejana distancia me viste 
    cuando nos encontramos aquella vez en la vida?