Solo en la Noche silenciosa ¡la única a la que llamo mía! Solo en las tinieblas fundido con el dolor viendo como el Día distraía de la Verdad la Verdad del Día: una lluvia de alfilerazos contra la piel, el oído y los otros sentidos Solo en la Noche luchando con la Verdad- En las tinieblas se acercan sus agujas sus aguzadas puntas de luz. ¡Y que esto sea juego limpio! -Una lluvia de pinchazos me dio el Día, ¿Se puede arrancar la vida a alguien con el tormento? Preferible entonces es la Noche cuya punzada es una sola, decisiva en la luz de tu ojo, la niña de los ojos de tu alma en el ser o no ser de tu corazón- Tú vez cómo se acerca la punta y la esquivas Se vuelve a acercar, tú la paras Y las tinieblas acogen tus ataques los ocultan en su oscuro pecho donde quizá otro corazón palpita herido -tu imagen reflejada en un espejo en un mundo reflejado en un espejo.
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La novicia de Spalato
2. ¿Has visto florecer el desierto? Dime: ¿Has visto el desierto en flor? Dime, para que yo sepa cómo luce un desierto en flor -Yo he visto florecer el desierto Era el rostro del ciego cuando tocó con la mano algo que su boca recordaba.
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4. El dijo: -Una vez te vi como si tú fueses una niña con sus ojos clavados en los míos- Pero apartas la mirada Miras hacia el muro aunque tu mano no suelta la mía
Pero si mi mano suelta tu mano Entonces tú me buscas
Tus profundos ojos castaños buscan los míos que evitan los tuyos
Ella dijo: ¡Qué tímido eres, amor mío, para contigo mismo! Quizá sea porque te amo más que tú a mí Quizá sea porque tú puedes amarme como yo a ti.
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¡Buen viaje, suerte en la vida y más allá de la vida, joven pura! Te he liberado de mí al no besar tu puro rostro al no rozar tu boca con mis oscuros labios! También existen apóstatas así que no son apóstatas del amor Yo no te he clavado mi puñal ni te he hablado de las Tres Rosas que el mundo todavía podía haberte dado ¡Algún día nos encontraremos lejos de aquí y siempre te reconoceré porque tú fuiste yo! Y tú me preguntarás: ¿Desde qué lejana distancia me viste cuando nos encontramos aquella vez en la vida?
Solo en la Noche silenciosa ¡la única a la que llamo mía! Solo en las tinieblas fundido con el dolor viendo como el Día distraía de la Verdad la Verdad del Día: una lluvia de alfilerazos contra la piel, el oído y los otros sentidos