Obras completas, de Gustavo Adolfo Bécquer - Ediciones Cátedra

Para Azorín, 'las 'Cartas desde mi celda' pudieran marcar una época en la literatura castellana'. Azorín pensaba sobre todo en el paisaje: '¿Habrá nada más limpio y más preciso que esos paisajes de Bécquer?'. Pero, más allá del paisaje, Bécquer sí marcó una época. La literatura de Bécquer está tejida con ese 'hilo invisible de las misteriosas relaciones de las cosas' que adivinaba en la 'Historia de una mariposa y de una araña'. Sin haberse conocido, acaso ni leído, Peter Schlemihl había vendido su sombra, mientras el Manrique de 'El rayo de luna' 'hubiera deseado no tenerla, porque su sombra no le siguiese a todas partes'. 'La burda saya que visten y el bocado de pan que comen' las mozas de Añón vislumbradas en las 'Cartas desde mi celda' parecen tener un eco imposible en 'el traje que me cubre y la mansión que habito, / el pan que me alimenta y el lecho en donde yago', de Machado. Cabe preguntarse si quizá el caballero inexistente de Calvino habrá sido ajeno a esa armadura vacía que con horror descubre un guarda en 'La cruz del diablo'. También al lector, como al autor, empieza a faltarle 'la extraña lógica del absurdo'. Leer a Bécquer íntegro produce un saludable efecto: el de descubrir las otras fases de la luna. Por ejemplo, su sentido del humor o su devoción por el periodismo. Cuando don Restituto, en 'Un tesoro', advierte que 'si buenos descubrimientos hacemos, buenas fatigas nos cuestan', nos parece estar oyendo al Sancho de 'si buen gobierno me tengo, buenos azotes me cuesta', un Sancho que se prolonga en el lamento del mesonero, tan cervantino en su humor. El periódico lo recibía 'como una carta en cuyo sobre hemos visto una letra querida'. Entre los 'dioses penates de su especial literatura' se hallaban 'Rioja, en sus silvas a las flores, Herrera, en sus tiernas elegías', nunca olvidó a Dante y a Virgilio, admiró la belleza clásica de las odas de Horacio y el romanticismo fantástico de Zorrilla.
Tapa blanda
210 x 150 mm
1696 páginas
8437629942
9788437629940

Índice

Ensayo
Poesía

Gustavo Adolfo Bécquer, pseudónimo de Gustavo Claudio Domínguez Bastida, nació en Sevilla en 1836, e ingresó a los diez años en un colegio de huérfanos. Vivió más tarde con su madrina, donde empezó a leer a los autores realistas y románticos. En 1854 se instaló en Madrid. En 1857, sufrió una grave enfermedad. Posteriormente se dedicó al periodismo. Entre 1859 y 1861 escribe las primeras rimas y siete leyendas. En 1863 se recluye en el monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. En 1868 Bécquer rompe con su esposa y se instala en Toledo. Reescribe las rimas. En 1870 muere su hermano Valeriano, el pintor, y tres meses más tarde él, en Madrid. Además de como poeta, donde revela una extrema sensibilidad, destaca como prosista, donde combina con maestría lo terrorífico y lo legendario.

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