Rima 14. Te vi un punto y, flotando ante mis ojos, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Poema en español
    Rima 14. Te vi un punto y, flotando ante mis ojos

    Te vi un punto, y flotando ante mis ojos 
    la imagen de tus ojos se quedó, 
    como la mancha oscura orlada en fuego 
    que flota y ciega si se mira al sol. 

    A dondequiera que la vista clavo 
    torno a ver sus pupilas llamear, 
    mas no te encuentro a ti, que es tu mirada, 
    unos ojos, los tuyos; nada más. 

    De mi alcoba en el ángulo los miro 
    desasidos fantásticos lucir. 
    Cuando duermo los siento que se ciernen 
    de par en par abiertos sobre mí. 

    Yo sé que hay fuegos fatuos que en la noche 
    llevan al caminante a perecer; 
    yo me siento arrastrado por tus ojos, 
    pero a donde me arrastran no lo sé. 

    Gustavo Adolfo Bécquer, pseudónimo de Gustavo Claudio Domínguez Bastida, nació en Sevilla en 1836, e ingresó a los diez años en un colegio de huérfanos. Vivió más tarde con su madrina, donde empezó a leer a los autores realistas y románticos. En 1854 se instaló en Madrid. En 1857, sufrió una grave enfermedad. Posteriormente se dedicó al periodismo. Entre 1859 y 1861 escribe las primeras rimas y siete leyendas. En 1863 se recluye en el monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. En 1868 Bécquer rompe con su esposa y se instala en Toledo. Reescribe las rimas. En 1870 muere su hermano Valeriano, el pintor, y tres meses más tarde él, en Madrid. Además de como poeta, donde revela una extrema sensibilidad, destaca como prosista, donde combina con maestría lo terrorífico y lo legendario.